La academia de baile WOSAP acoge en su escuela a B-Boy Grazy, una de las principales estrellas del Break Dance español, en su camino de preparación a los Juegos Olímpicos
A París se llega bailando. O al menos así será en el verano de 2024, cuando el Break Dance se estrene por primera vez en la historia en unos Juegos Olímpicos. Y es que, tras su inclusión en los Juegos de la Juventud de Buenos Aires de 2018 y su enorme popularidad entre el público joven, el Comité Olímpico Internacional decidió su incorporación como disciplina olímpica en París 2024.
Del Bronx a París en 50 años
Desde WOSAP, la escuela de danza que ha impulsado el primer título universitario de danza urbana y moderna, explican que este estilo de baile, considerado deporte urbano, nació en las calles del Bronx, Nueva York, a finales de los 70 como una variedad del Hip Hop.
Desde entonces, se ha convertido en una de las danzas más influyentes entre la juventud gracias a su ritmo y al alto grado de creatividad que ofrece. Y es que los b-boys y b-girls (así son conocidos los que bailan breaking) no saben qué música va a sonar cuando saltan a la pista, por lo que tienen que improvisar la coreografía a través de una serie de movimientos intensos y expresivos como son los siguientes:
- Footwork: se trabaja desde suelo. Normalmente, son movimientos circulares con patadas al aire.
- Top Rock: musicalidad, personalidad e improvisación son las claves de este paso. Es el baile que se produce mientras los artistas están de pie.
- Go Downs: es el movimiento que realizan para tirarse desde la posición top rock al suelo.
- Power Moves: esta técnica requiere de mucha fuerza ya que son movimientos de velocidad, realizados con grandes impulsos. De hecho, sus pasos están basados en los apoyos.
- Freezes: son posturas congeladas que exigen parar de golpe en el momento en el que la música lo pida.
- Acrobacias: flips, saltos mortales, equilibrios, piruetas…
Graciel Santos (conocido como Bboy Grazy) es una de las mayores estrellas del breaking nacional e internacional tras ser campeón, entre otros, del Red Bull Bcone España, Hip Hop Opsession en Francia y Dance Alive en Japón. Dentro de todas las dificultades que presenta este deporte urbano, Bboy Grazy asegura que «lo peor es aguantar los dolores, ya que, en este baile, estás mucho rato en el suelo».
Sin embargo, también explica que, más allá de los movimientos, el Break Dance es un estilo de baile muy personal: «Hay gente que es más alegre y compite desde ese punto de vista; y, otra, que viene, por ejemplo, del Bronx, y baila desde la rabia. Con el Break Dance puedes expresar lo que quieras y lo que sientas en ese momento».
El camino hasta París 2024
En estos momentos, el artista se encuentra visitando la escuela de danza WOSAP en su camino de preparación para los Juegos Olímpicos de París 2024. Para ello, tratará de estar entre los 16 atletas masculinos que competirán el 9 y 10 de agosto de 2024 por las primeras medallas olímpicas de Break Dance en un formato de competiciones individuales cara a cara.
La primera oportunidad de clasificación se presenta el próximo mes de junio, cuando se celebran los Juegos Continentales, en los que se clasificarán los primeros 5 b-boys (uno por continente). Dos meses después llegará la siguiente oportunidad en el Campeonato Mundial 2023, que se albergará en Bélgica y en el que el campeón tendrá billete directo a París 2024. Entre marzo y junio de 2024 se repartirán las últimas plazas disponibles en las Series de Clasificación Olímpicas.
Bboy Grazy asegura que «la clave del éxito del Break Dance es el arraigo que tiene en la juventud, lo que lo convierte en un deporte muy especial. Por ello, con este deporte urbano, conectaremos a este público con los Juegos Olímpicos».
Por su parte, Alberto López, bailarín, coreógrafo y co-director de WOSAP, considera que «la inclusión del Break Dance en los Juegos Olímpicos da un impulso a la danza y un enorme valor al trabajo que realizamos todos los profesionales del sector. Estamos en constante crecimiento. En WOSAP, queremos mantener esa idea de trabajo y apostar por profesionalizar la danza».
Fuente Comunicae