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Dra. Marina Matute, ginecóloga de Policlínica Gipuzkoa: «El síndrome genitourinario puede afectar negativamente a la calidad de vida de las mujeres y a sus relaciones de pareja»

El síndrome genitourinario afecta a casi la mitad de las mujeres en la menopausia, pero muchas no consultan por vergüenza o desinformación. La ginecóloga de Policlínica Gipuzkoa, Marina Matute subraya que existen tratamientos eficaces y lanza un mensaje claro: «No estás sola y no hay que resignarse a vivir con ellos»

Sequedad, picor, irritación, dolor durante las relaciones sexuales o infecciones urinarias recurrentes. Estos son solo algunos de los síntomas que pueden acompañar al síndrome genitourinario de la menopausia, una afección frecuente, crónica y muchas veces silenciada que afecta aproximadamente al 47% de mujeres en etapa menopáusica.

Marina Matute, ginecóloga de Policlínica Gipuzkoa, advierte que «aunque suele asociarse a la menopausia, también puede presentarse en mujeres más jóvenes, por ejemplo, tras un parto, durante la lactancia, o como consecuencia de ciertos tratamientos médicos o quirúrgicos que provocan una disminución de los niveles de estrógenos en el organismo».

¿Qué es el síndrome genitourinario y por qué se produce?
El síndrome genitourinario de la menopausia es el término médico que agrupa una serie de signos y síntomas provocados por la disminución de estrógenos que afecta a la vulva, la vagina, la uretra y la vejiga. «Esta falta de estrógenos altera el equilibrio y la función de los tejidos urogenitales, lo que provoca molestias que van desde la sequedad hasta la aparición de prolapsos o infecciones de orina repetidas«, señala la ginecóloga de Policlínica Gipuzkoa.

Aunque su denominación pueda sonar lejana o técnica, se trata de una afección muy común: «Es esperable que la mayoría de las mujeres en edad menopáusica experimenten alguno de estos síntomas a lo largo de los años», afirma la especialista.

Molestias físicas, impacto emocional y afectación de la vida sexual
Más allá de los síntomas físicos, el síndrome genitourinario puede tener un importante impacto emocional y en la calidad de vida de las mujeres. «Puede interferir en la esfera íntima, dificultar las relaciones sexuales y generar incomodidad en el día a día, lo que muchas veces afecta también a la autoestima y a la relación de pareja», explica la doctora.

A pesar de su alta prevalencia, el síndrome sigue siendo infradiagnosticado, y se estima que hasta un 70% de las mujeres no consultan al especialista a pesar del impacto en su calidad de vida, en parte porque muchas mujeres lo asumen como una consecuencia inevitable del envejecimiento o sienten vergüenza al hablar de sus síntomas.

Cuando consultar y cómo se diagnostica
La recomendación de la ginecóloga es clara: ante cualquier molestia o sensación de incomodidad, es importante acudir al especialista. «El diagnóstico es fundamentalmente clínico, es decir, se basa en lo que nos cuenta la paciente y en la exploración física para descartar otras causas. Y es importante realizarlo cuanto antes para poder abordar los síntomas y evitar que se agraven«, explica la especialista.

La buena noticia es que existen tratamientos eficaces y personalizados. Desde opciones más básicas como el uso de cremas hidratantes y lubricantes, hasta tratamientos con estrógenos locales, probióticos, o incluso terapias regenerativas como el láser CO₂, disponible en Policlínica Gipuzkoa, que permite recuperar la salud de los tejidos vaginales de forma mínimamente invasiva.

La importancia de los hábitos saludables y la prevención
Además de los tratamientos médicos, llevar una vida saludable también puede marcar la diferencia. «Seguir una dieta equilibrada, hacer ejercicio de forma regular, evitar el tabaco y el alcohol, y cuidar la hidratación local de la zona íntima con la misma rutina que aplicamos para otras zonas del cuerpo, puede ayudar tanto a prevenir como a reducir los síntomas del síndrome genitourinario», apunta la ginecóloga.

A modo de conclusión, Marina Matute lanza un mensaje esperanzador a todas las mujeres que puedan estar atravesando este problema: «Los síntomas que estás sintiendo son comunes, no estás sola y no hay que resignarse a vivir con ellos. No tengas miedo ni vergüenza de consultar con un profesional, porque existen tratamientos que pueden mejorar tu día a día y ayudarte a recuperar tu calidad de vida», concluye.

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